Buenos Aires me mata. Recuerdos de los años ochenta, retratos transformados en maravillosas palabras que eran reproducidas en su columna de los días viernes en el suplemento Sí del Diario Clarín por la periodista Laura Ramos.
Coetarios y no tanto nos identificábamos con las vivencias de esa tribu urbana y disímil compuesta por otras tantas tribus que recalaban en “La Nave”, un boliche de la ciudad que hacía las veces de nexo aglutinante, deslices diarios, desamores y frustraciones, reviente de democracia recién adquirida al mejor estilo Madrid que indefectiblemente culminaba en un viaje lisérgico dada su carga de surrealismo por la noche porteña.
Viajes, mirando en retrospectiva, pueden descubrirse ciertos paralelismos, sobre todo para aquellos que vivimos este momento y desde nuestra adolescencia, también aquél momento iniciático, casi parecido a la forma en que socializamos en Facebook o Twitter, sin dudas dos de las redes sociales más activas en la Argentina y en las que Hostel Colonial tiene un alto grado de participación.
Sólo parecido, porque no tiene el vértigo de esa noche que nos consumía, sin sudores de excitación, sin el sabor de un beso o el chisporroteo de pieles que se rozan. Personas devenidas en personajes y en consecuencia con esta época, personajes convertidos en avatares.
Buenos Aires me mata. La vida, de hecho, sólo tiene un final posible, podemos optar al estilo Elige tu propia aventura por una u otra página e ir cambiando el modo y las diversas formas en que la vamos llevando o como nos permiten llevarla, ese es el desafío y el placer de vivirla. Buenos Aires me mata. Me llena también de vida, me fascina, es la ciudad que elegí conocer fluctuando desde lo más sórdido a lo más exclusivo, aquí vivo, aquí trabajo y doy trabajo a casi 200 personas entre el hostel y los restaurantes, la disfruto, la odio, la amo, detesto su feroces contrastes y aún me deslumbra su paleta de colores, extraño cada vez más la calle, ese bien intangible que dejamos que nos apropiaran, ruido, oscuridad, el sol que quema.
Tango y rock, humedad, café, cerveza y malbec, el hipotálamo vibrando a fuerza de la cumbia omnipresente. Humos propios y ajenos, un instante wi fi y volvemos a convertirnos en italianos que hablamos español mientras leemos el New York Times. Ciegos de tanto hablar, sordos a fuerza de politonos, caminando aún sin piernas. Dualidad constante, casi como una obsesión, forma parte del ser porteño, yo soy porteño.
Buenos Aires me mata, los invito a conocerla, desde este blog, desde todos los ámbitos de socialización virtual en los que participo o mejor aún, emprendamos un viaje a ese pasado tan cercano y quizás sea un viaje al futuro. Conocernos, volver a vernos, compartir, ser solidarios por elección y si forma parte de la incorrección, mejor aún.
Buenos Aires me mata. Leo los diarios del Domingo, Perfil publica una nota sobre redes sociales y el impacto futuro que tendrán en el país, ya que aún el fenómeno no ha explotado y la nota de tapa de de La Nación Revista está dedicada a Matt Mullenweg, el creador de Wordpress y su visita a Buenos Aires hace unos meses.
Blogs y redes, Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, algo muy fuerte se está gestando y este va a ser el año, gente que busca gente (otra idea para Bagnato pero en formato TV 2.0), búsquedas que intentan eludir el aislamiento virtual de los 90´, tiempo en que el ICQ era usado hasta para dialogar con uno mismo.
Las relaciones y contactos lentamente dejan de ser virtuales y generan proyectos en el mundo real, evolución en el uso de diversas tecnologías para si se quiere involucionar hacia estadíos más primarios en el estilo en que elegimos relacionarnos. Involución no significa precarización, por el contrario, es una nueva vuelta de tuerca hacia las fuentes, creo que nunca un término tan denostado estará tan fuertemente relacionado a la rehumanización de un proceso de construcción social.
Los viajes no son sólo de lujo o de mochila, la mente, la familia, los amigos, el barrio perdido, pueden ser disparadores de miles de universos, de instantes que nos devuelvan a la realidad, es un camino que estamos gestando desde la Web 2.0, volvemos para evolucionar y al menos yo, cuando eso pase, quiero estar ahí, será un lindo viaje.
Podemos encontrarnos en nuestra web, en Tumblr y en estas redes, de las cuales se agregarán por estos días Linkedin, Hi5 y Orkut:
Tumblr – Hostel Colonial
Hostel Colonial
Hostel Colonial on Twitter
Hostel Colonial Flickr
Hostel Colonial on Pownce
Hostel Colonial, Buenos Aires life in Facebook
Hostel Colonial on Jaiku
Ning - Hostel Colonial en Turismo 2.0
Hostel Colonial on MyBlogLog
Coetarios y no tanto nos identificábamos con las vivencias de esa tribu urbana y disímil compuesta por otras tantas tribus que recalaban en “La Nave”, un boliche de la ciudad que hacía las veces de nexo aglutinante, deslices diarios, desamores y frustraciones, reviente de democracia recién adquirida al mejor estilo Madrid que indefectiblemente culminaba en un viaje lisérgico dada su carga de surrealismo por la noche porteña.
Viajes, mirando en retrospectiva, pueden descubrirse ciertos paralelismos, sobre todo para aquellos que vivimos este momento y desde nuestra adolescencia, también aquél momento iniciático, casi parecido a la forma en que socializamos en Facebook o Twitter, sin dudas dos de las redes sociales más activas en la Argentina y en las que Hostel Colonial tiene un alto grado de participación.
Sólo parecido, porque no tiene el vértigo de esa noche que nos consumía, sin sudores de excitación, sin el sabor de un beso o el chisporroteo de pieles que se rozan. Personas devenidas en personajes y en consecuencia con esta época, personajes convertidos en avatares.
Buenos Aires me mata. La vida, de hecho, sólo tiene un final posible, podemos optar al estilo Elige tu propia aventura por una u otra página e ir cambiando el modo y las diversas formas en que la vamos llevando o como nos permiten llevarla, ese es el desafío y el placer de vivirla. Buenos Aires me mata. Me llena también de vida, me fascina, es la ciudad que elegí conocer fluctuando desde lo más sórdido a lo más exclusivo, aquí vivo, aquí trabajo y doy trabajo a casi 200 personas entre el hostel y los restaurantes, la disfruto, la odio, la amo, detesto su feroces contrastes y aún me deslumbra su paleta de colores, extraño cada vez más la calle, ese bien intangible que dejamos que nos apropiaran, ruido, oscuridad, el sol que quema.
Tango y rock, humedad, café, cerveza y malbec, el hipotálamo vibrando a fuerza de la cumbia omnipresente. Humos propios y ajenos, un instante wi fi y volvemos a convertirnos en italianos que hablamos español mientras leemos el New York Times. Ciegos de tanto hablar, sordos a fuerza de politonos, caminando aún sin piernas. Dualidad constante, casi como una obsesión, forma parte del ser porteño, yo soy porteño.
Buenos Aires me mata, los invito a conocerla, desde este blog, desde todos los ámbitos de socialización virtual en los que participo o mejor aún, emprendamos un viaje a ese pasado tan cercano y quizás sea un viaje al futuro. Conocernos, volver a vernos, compartir, ser solidarios por elección y si forma parte de la incorrección, mejor aún.
Buenos Aires me mata. Leo los diarios del Domingo, Perfil publica una nota sobre redes sociales y el impacto futuro que tendrán en el país, ya que aún el fenómeno no ha explotado y la nota de tapa de de La Nación Revista está dedicada a Matt Mullenweg, el creador de Wordpress y su visita a Buenos Aires hace unos meses.
Blogs y redes, Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, algo muy fuerte se está gestando y este va a ser el año, gente que busca gente (otra idea para Bagnato pero en formato TV 2.0), búsquedas que intentan eludir el aislamiento virtual de los 90´, tiempo en que el ICQ era usado hasta para dialogar con uno mismo.
Las relaciones y contactos lentamente dejan de ser virtuales y generan proyectos en el mundo real, evolución en el uso de diversas tecnologías para si se quiere involucionar hacia estadíos más primarios en el estilo en que elegimos relacionarnos. Involución no significa precarización, por el contrario, es una nueva vuelta de tuerca hacia las fuentes, creo que nunca un término tan denostado estará tan fuertemente relacionado a la rehumanización de un proceso de construcción social.
Los viajes no son sólo de lujo o de mochila, la mente, la familia, los amigos, el barrio perdido, pueden ser disparadores de miles de universos, de instantes que nos devuelvan a la realidad, es un camino que estamos gestando desde la Web 2.0, volvemos para evolucionar y al menos yo, cuando eso pase, quiero estar ahí, será un lindo viaje.
Podemos encontrarnos en nuestra web, en Tumblr y en estas redes, de las cuales se agregarán por estos días Linkedin, Hi5 y Orkut:
Tumblr – Hostel Colonial
Hostel Colonial
Hostel Colonial on Twitter
Hostel Colonial Flickr
Hostel Colonial on Pownce
Hostel Colonial, Buenos Aires life in Facebook
Hostel Colonial on Jaiku
Ning - Hostel Colonial en Turismo 2.0
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2 comments:
Esta ciudad nunca pasará desapercibida, es una combinación que te permite crecer, retroceder, mirar al costado y modificar el rumbo pero seguir.
El post tiene esa mezcla de melancolía casi tanguera. La descripción de sensaciones me permiten imaginar. Gracias.
Muy bueno Jorge!!
Buenos dias Soy José Francisco Palmiotti y soy el Defensor del Pueblo Adjunto de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires cargo de la
Defensoría del Turista , quiero que sepan que estamos defendiendo los derechos de todos los turistas que visiten nuestra ciudad, ante cualquier inconveniente no duden en ponerse en contacto con nosotros
les dejo un saludo cordial.
José Francisco Palmiotti
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