Near the Hostel Colonial, you will find one of the most important symbols of Buenos Aires, the Avenida de Mayo (May Avenue). In 1884, the Congress decided to open an avenue from the Plaza de Mayo, where is the Casa Rosada (the Pink House) until the National Congress. An avenue with large sidewalks bordered by trees, with cafe tables and fine architeture buildings, that would be a proud to the great city that was being developed and would also work as a conexion between the two powers of the Republic: The executive and legislative.
In that time, the porteño elite dreamed about a Buenos Aires like Paris. The Avenida de Mayo was built in a art-noveau style, that is depicted in the ornamented facades, the balconies, the angel images, and in the magnificent domes. Its most important building was the Barolo Palace, the tallest of the city in that times. In the historic avenue they also installed the first elevator (lift) of Buenos Aires and the first subway line, the A.
Since its release, the Avenida de Mayo has always been the centre of the cultural life of the city. Lots of intelectual people walked trough its blocks, like Federico García Lorca, Carlos Gardel, Nijinsky, Jorge Luis Borges, José Ortega y Gasset, the Infanta Isabel de España, George Clemenceau, Albert Einstein, Arthur Rubenstein, Josephine Baker, Claudio Sánchez Albornoz and other images of the art, culture and politics. Nowadays, crowded by the urban life and more calm by the weekends, the beauty of one of the most elegant avenues of the city is aprecciated by thousands of tourists every day.
A walk that allows you to know from the Cabildo and the Catedral to the Barolo Palace and the Congress, the Culture House, historic restaurants and hotels, like the old Majestic and the Castelar, the mythic Tortoni Cafe, the Avenida theatre. A trip that shows us more than one centure of history in the porteño downtown.
Cerca del Hostel Colonial, encontrás uno de los símbolos más importantes de Buenos Aires, la Avenida de Mayo. En 1884, el Congreso decidió abrir una avenida desde la Plaza de Mayo, donde está la Casa Rosada hasta el Congreso Nacional. Una avenida de anchas veredas bordeadas de árboles, con mesitas de café y edificios de fina arquitetura que seria un orgullo para la gran ciudad que se estaba desarrollando y que también serviria como conexión entre dos de los poderes de la República: el Ejecutivo y el Legislativo.
En esa época, la elite porteña soñaba una Buenos Aires parecida a París. La Avenida de Mayo fue construida con un estilo art-noveau, que se aprecia en las fachadas ornamentadas de los edificios, los balcones, las figuras de ángeles, guirnaldas, las cúpulas suntuosas. Su construccion más importante fue el Palacio Barolo, el edificio más alto de la ciudad en la época, y en la histórica avenida también se instaló el primer ascensor de la capital y la primer línea del subte, la A.
Desde su inauguración, la Avenida de Mayo siempre fue centro de la vida cultural de la ciudad. Por ahí caminaron Federico García Lorca, Carlos Gardel, Nijinsky, Jorge Luis Borges, José Ortega y Gasset, la Infanta Isabel de España, George Clemenceau, Albert Einstein, Arthur Rubenstein, Josephine Baker, Claudio Sánchez Albornoz y otros personajes del arte, la cultura y la política. Hoy en día, agitada por el ritmo urbano y más tranquila los fines de semana, la belleza de una de las más elegantes avenidas de la ciudad es apreciada por miles de turistas todos los días.
Un recorrido que te permite conocer desde el Cabildo y la Catedral hasta el Palácio Barolo y el Congreso, pasando por la Casa de la Cultura (edifício del diário La Prensa), restaurantes y hoteles históricos como el antiguo Majestic y el Castelar, el mítico Café Tortoni, el Teatro Avenida. Un recorrido que cuenta más de un siglo de história en el centro porteño.
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