Hoy, 3 de febrero de 2010, se conmemoran los 474 años de la Primera Fundación de Nuestra Señora del Buen Ayre, por el español Pedro de Mendoza. Según los historiadores, el primer asentamiento (un fuerte) se emplazó en la zona aledaña al actual Parque Lezama (en La Boca). La escasa cantidad de hombres que llegaron a estas costas, sumado al deteriorado estado de salud de Pedro de Mendoza (moriría en el viaje de regreso a España) llevaron a un progresivo fracaso de aquella misión. El punto más cercano de provisión era la ciudad de Asunción (hoy capital de Paraguay) a más de 1.000km que debían recorrerse a caballo. Para 1541, el grupo diezmado por el hambre y la enfermedad, que además se encontraba sitiado por los aborígenes locales (los querandíes) debió abandonar el territorio, que fue rápidamente arrasado.
Diversos relatos de época se centran en la dificultad de las condiciones de vida en esa primera precaria fundación, haciendo foco en el hambre y el combate cotidiano con los querandíes que acechaban la endeble fortificación. Pero quizá nadie captó la angustia de aquellos días como el poeta argentino Manuel Mujica Lainez (“Manucho”), quien en su clásico libro “Misteriosa Buenos Aires”, ofrece un relato que mezcla los datos históricos, con algo de fantasía que completa los huecos del relato oficial. La historia de un soldado desesperado por el hambre que asesina por equivocación a su hermano para comérselo, o la de aquel fraile que se convertía en el primer poeta porteño, son algunos de los fragmentos imperdibles de aquella época.
La ciudad sería refundada (Segunda Fundación) el 11 de junio de 1580 por Juan de Garay, bajo el nombre de Ciudad de La Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre. Desde dónde sería abreviado para llegar al actual Buenos Aires. Con mejor preparación, equipamiento y víveres, luego de la experiencia fallida de Mendoza, finalmente el Imperio Español concretaba su objetivo de tener una salida rápida al Atlántico para sus misiones desde Potosí al sur. Actualmente, la gesta de Pedro de Mendoza es recordada –entre otros sitios- nada menos que por el símbolo de Buenos Aires, el Obelisco (que puede visitarse a sólo 5 cuadras del Hostel Colonial), construido para el IV Centenario de su fundación.
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