No es fácil ser turista. Los aeropuertos, sitios completamente impersonales, son pequeños o grandes, según como se los mire, agujeros negros, sobre todo después de hacer migraciones, punto en el que técnicamente estás fuera del país, sin avión y a escasos kilómetros de la civilización, o sea, LA NADA, disfrazada de free shop.
Siempre me pregunto qué hay detrás de esas paredes perfumadas y chocolatadas y me respondo lo mismo, las bellas señoritas ya no aparentan simpatía, los modelos masculinos hablan de fútbol (igual que muchos de nosotros) y las azafatas que pasan no se parecen a ninguna fantasía sexual.
Llegó mi avión, corro con mi boarding pass en la mano, al menos en el gallinero no me sentiré un apátrida, pienso en llegar a casa, a Hostel Colonial, me siento y el comisario de abordo me alcanza un catálogo del free shop, HELP, HELP. Falta poco, sí, ya se encendieron las luces. Rápido, sellame el pasaporte y llamame Marta. Fin por hoy. To be continued.....
Hostel Colonial is Hostel Buenos Aires
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