La avenida “más ancha del mundo” (según el mito popular), la 9 de julio, no sólo es un eje fundamental del diseño urbano de Buenos Aires, también aloja buena parte de los atractivos turísticos de la ciudad y guarda en su tránsito constante un pedazo de la historia argentina. A sólo 5 cuadras del Hostel Colonial, se encontrará con sus 110 metros y 3 semáforos que sólo pueden atravesarse de una sola vez si va corriendo. Un gran bulevar central con mucho verde que se angosta en sus extremos, donde conecta con autopistas que parten hacia el sur y el norte de Buenos Aires.
Desde su creación a comienzos del siglo XX, la avenida 9 de julio (que recuerda el día que Argentina firmó su declaración de independencia en 1816), fue concebida para grandes cosas. Por entonces tenía apenas 33 metros y buscaba conectar el norte y el sur de una ciudad mucho más pequeña y fuertemente concentrada en los alrededores del puerto. Será recién en 1937 que se decreta su ampliación y -comprando las casas aledañas- se extiende su curso (en varias etapas que culminarán recién en los años ‘80).
Apenas un año antes de esta transformación, en 1936, se construyó el Obelisco, símbolo de la ciudad, en la intersección de 9 de Julio y Av. Corrientes (67, 5 metros tiene el monumento que recuerda el 4 Centenario de la fundación de Buenos Aires). Dos años antes, en 1934, se inauguraba la línea C de subterráneos, que recorre la avenida completa. Se la conoce como la línea de los españoles, porque sus estaciones están decoradas con murales de paisajes de España. Entre las calles Tucumán y Viamonte, se ubica el Teatro Colón (1908), considerado junto al Congreso y la Casa de Gobierno entre las tres obras arquitectónicas más importantes de la ciudad. Otros edificios simbólicos son el antiguo Ministerio de Obras Públicas (en las esquina con calle Moreno) y la Embajada de Francia (intersección con calle Arroyo).
La Plaza de la República, donde está emplazado el Obelisco, es el centro tradicional de festejos políticos y deportivos del país. También ha alojado grandes acontecimientos (como las visitas del Papa Juan Pablo II en 1982 y 1987) y presentaciones masivas de artistas argentinos (como el bailarín clásico Julio Bocca o la banda de rock Soda Stereo, que convocaron sobre 1 millón de personas). Por su historia, por su arquitectura, por su oferta y su belleza, la Avenida 9 de Julio es un paseo obligado de Buenos Aires.
No comments:
Post a Comment