Y llegó el post # 1000. Soy consciente que falta muy poco tiempo para el mes de Marzo y es una especie de comienzo oficial del año, pasó el Carnaval, pero no vimos la fiesta.
Pasó un 2009 trágico para la actividad turística en Buenos Aires y Argentina en general, si bien en nuestros emprendimientos (hostel & restaurantes) salimos ilesos aunque algo magullados en el aspecto humano, tuvimos que esforzarnos el triple que otros años para dar continuidad a nuestros desarrollos comerciales sin reducir la numerosa planta de personal, pero ha sido sólo un esfuerzo individual, como el de muchos otros.
Me invade cierto temor para lo que va a suceder en 2010, ya que no veo un desarrollo de políticas a largo plazo para el sector, sólo paliativos coyunturales y acuerdos de cámaras que involucran a pocos actores, un ejemplo de ello es la exitosa temporada de cruceros que supera los 200.000 visitantes, de los cuales, no es el caso del hostel, no es su público, pero sí en los restaurantes, en donde atendimos a unos 200 comensales, un 0,1% del total de visitas, la torta es grande pero se reparte entre pocos.
Marzo ya está aquí y quiero ser optimista, es mi condición por excelencia, pero también necesito planificar, una big band no puede estar eternamente en jam session, necesita un repertorio.
Inflación, presión fiscal, calor del trópico pero sin playa y la gran pregunta que viene - Habremos hecho los deberes respecto a la Gripe A (H1N1)? Cerraremos nuevamente escuelas, teatros, centros comerciales, cines por falta de previsión? Los que desarrollamos actividades económicas relacionadas al esparcimiento volveremos a absorver los costos de las malas o nulas políticas? Se acabará la crispación y el maniqueismo? Depende de nosotros.
Debemos abrirnos nuevamente al mundo, en todo sentido, tenemos infraestructura, know how y diferenciales de mercado que convierten a Buenos Aires en una ciudad única en el mundo - Buena, bonita y barata.
Este es el interrogante, difícil de desentrañar, sobre todo si se prevee un año pre-electoral plagado de "buenas noticias" y bonanza de ficción al estilo "El Argentino" ese diario escandinavo con toques de Disneyworld que regalan en las cercanías del Obelisco.
Definitivamente no soy pro-Clarín ni mucho menos, pero tampoco me agrada que me tomen por idiota, pude ver in situ lo que sucedió en Brasil y en Estados Unidos, se sembró toma de conciencia y no temor desmedido, la influenza es una realidad, la tasa de mortalidad en esos países fué superior a la de Argentina y no generó semejante crisis, por eso es que pido políticas serias, desde el terreno de la medicina hasta en el aspecto comunicacional, que el barbijo no sea una venda que impida ver otras cosas, ya no, ya lo vivivmos y fuimos funcionales, no en 2010.
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